19 Jul En firme, reducción de jornada laboral
Con la firma de la Ley 2101 de julio de 2021, el presidente Iván Duque sancionó la reducción de la jornada laboral. Es decir, pasará de 48 a 42 horas semanales y será aplicada de forma gradual.
La reducción de la jornada laboral podrá distribuirse según acuerdo entre el empleador y el trabajador, es decir, entre cinco o seis días de trabajo. En cualquier caso, se debe respetar el día de descanso.
La ley aclara que la disminución podrá aplicarse gradualmente, de la siguiente manera:
- Luego de dos años de haber entrado en vigencia la norma, se reducirá una hora, quedando la jornada en 47 horas semanales.
- Pasados tres años de la emisión de la norma, se reducirá otra hora, para así quedar en 46 horas semanales.
- A partir del cuarto año de la entrada en vigencia de la ley, cada año se reducirán dos horas, hasta llegar a las 42 horas de trabajo a la semana.
¿Qué derechos se pierden con la reducción de la jornada laboral?
Ninguno.
La disminución de la carga laboral semanal no contempla la eliminación de ninguno de los derechos acordados el contrato laboral ni aquellos garantizados por ley. Esto quiere decir que no habrá lugar a una disminución de salario ni de las prestaciones sociales.
Por lo tanto, tampoco habrá afectación en el cálculo de la prima por prestación de servicios, cesantías ni intereses sobre las cesantías.
Igual sucede con los aportes de salud, pensión y riesgos laborales. Puesto que estos se calculan sobre la base del salario, no se deben afectar. De hecho, la ley no hace mención a un aumento de semanas de pensión. Recordemos que actualmente se requieren de 1.300 semanas de cotización en Colpensiones y 1.150 semanas en los fondos privados para la garantía mínima de pensión.
¿Cómo afecta la reducción de la jornada a las empresas?
Si bien, la reducción de la jornada de trabajo tiene como objetivo la generación de nuevos puestos de trabajo, es importante darle una mirada más cuidadosa a la situación. La medida tendrá un impacto directo en la productividad de las pequeñas y medianas empresas. Sobretodo en aquellas que aplicaron planes de austeridad para buscar su recuperación a causa de la pandemia.
Por otro lado, se requerirá de mayor personal para mantener la misma capacidad de producción, lo que llevaría a un eventual incremento del costo de la operación. Esto afetaría no solo al mercado interno, sino también a posibles inversionistas extranjeros, desincentivando la inversión en el país.
Sin embargo, la aplicación escalonada de la disminución de la jornada es una alternativa favorable, en la medida que permite a las empresas encontrar la solución más adecuada para garantizar la operación y favorecer la empleabilidad en el país.
