26 Ago Las ventas ambulantes y la economía informal que reina en las calles bogotanas
De acuerdo con las cifras entregadas por la Alcaldía de Bogotá y el Instituto para la Economía Social (Ipes) existen casi que 53.000 vendedores ambulantes de los cuales se han caracterizado e identificado a 38.823. Esta entidad también se ha encargado de ofrecerles alguna alternativa comercial que no obstruya el uso del espacio público.
La economía informal ha tomado gran partido en las calles no solo de Bogotá sino de otras ciudades de Colombia. María Gladys Valero, directora del Ipes, señaló que para disminuir las ventas informales y ofrecer empleos dignos para los comerciantes, se pretende diseñar un espacio donde el vendedor pueda ofertar sus productos en el espacio público, pero con la asistencia y acompañamiento de las alcaldías y delegados de Gobierno.
Te puede interesar: ¿Los colombianos se educan financieramente?
La idea es que estas personas se reorganicen en espacios estratégicos tanto para ellos como para los transeúntes, a su vez, que sean lugares donde haya buen flujo de personas para que sus ventas no disminuyan. El acuerdo se daría a través de un contrato legal donde se especifiquen las normas del espacio público. Según María Gladys Valero, hasta la fecha más de 11.000 vendedores han aceptado esa opción.
De acuerdo con las mismas cifras entregadas por la Alcaldía e Ipes, se determinó que los productos y servicios que más se venden en la calle son los de Comercial Nutresa, Quala y Claro. Bebidas energizantes, productos empacados, y helados, son los más comprados en el comercio de las ventas ambulantes. Asimismo, los servicios móviles también son adquiridos mediante promotores o vendedores ambulantes. Sim card, minutos, entre otros, son los más frecuentados.
En consecuencia, se espera que las administraciones locales y gubernamentales saquen adelante este proyecto que beneficiaría a más de 20.000 vendedores informales. El Departamento Administrativo de la Defensoría del Espacio Público será uno de los encargados de supervisar las buenas prácticas del comercio ambulante y permitir que se fomente el empleo por medio de normas que apoyen al sector informal.